María de 19 años, creía que su vida y la de sus seres queridos sería eterna, pero no es así. Su madre cayó en una grave enfermedad y podía recordar cada vez menos, los médicos dijeron que era alcéimer pero no era así, olvidó a sus amigas, a su hija y a su marido. A los pocos meses murió. María nunca se había imaginado sin su madre, siempre pensó que la tendría a su lado cada día de su vida. El padre de María no pudo superar la pérdida de su mujer y decidió ir con ella a un lugar mejor. Lo encontraron en el salón lleno de sangre que salía de su muñeca derecha y con un cuchillo en la mano. María no podía creerlo, su corazón no aguantó el dolor y dejó de latir.
Esta historia demuestra que nada es para siempre y todos morimos, sea por algo natural o por una elección. Valora lo que tienes y cuídalo antes de que sea demasiado tarde...




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