Esa aceleración del corazón cuando sientes que algo grave va a pasar, cuando vas a perder algo, cuando sientes que eso ya no lo vas a recuperar. Lo que sentí en aquel momento no se puede comparar con nada bueno que exista en este mundo, no fue adrenalina, no fue un subidón, ni tampoco ilusión. Fue una especie de mezcla de los peores sentimientos, dolor, miedo, sufrimiento...
Dolor: sientes el dolor de aquello que vas a perder como si te fueses a perder tú, como si fuera tu final, tu muerte, tu entierro. Nada puede evitar esa sensación, la mente lo provoca, la mente lo dibuja.
Miedo: el miedo de olvidar, de perder, de desaparecer por aquello. El miedo que sientes al imaginar que lo que perderás no lo vas a poder recuperar, que lo perderás para siempre.
Sufrimiento: se te destroza el alma en pequeños cachitos que solo se repararán cuando sientas que no perderás nada, todo seguirá como está, todo fue un simple susto.




No hay comentarios:
Publicar un comentario